mayo 02, 2013

Kafka animado: tres versiones de su obra.

Fue el mismo Kafka quien inició el proceso de la animación de su literatura, con sus pequeñas ilustraciones que reflejaban tan bien el anonimato de sus personajes y su insignificancia.


 La ilustración parece ser un buen método para capturar la temática de la literatura del escritor praguense, por sus poderes de distorsión. Natural, entonces, que varios animadores hayan decidido adaptar no solo la literatura y la vida de Kafka, sino también su figura, su presencia física. No hay otro autor cuyo rostro y cuya figura esté más acorde a su literatura que la de Kafka. Y Kafka es eso, el conjunto de insignificancia y resignación que produce su vida, su rostro, su literatura, y sus ilustraciones, las que dibujó y las que describió. Lo interesante de las siguientes animaciones no es solo su valor estético sino también su técnica: el proceso de creación artística parecería ser en sí mismo una reflexión sobre los temas que tanto obsesionaban a Kafka y que determinan la existencia del hombre contemporáneo.


1. Ante la ley, por Orson Welles, Alexandre Alexeieff (pin screen). 1962
En su adaptación de 1962, Orson Welles decidió abrir El proceso con una animación de "Ante la ley", el pequeño texto que Kafka había decidido insertar dentro de la novela, y que funcionaba como una parábola narrada al protagonista. La pequeña historia no solo presenta el conflicto esencial de la novela, sino que alegoriza la constante temática de un trozo significativo de la literatura de Kafka. Quizás por eso Welles decidió mostrar la animación dos veces en la película. El corto está compuesto por el artista Alexandre Alexeieff y su esposa, Claire Parker, quienes trabajaron su técnica de animación pin screen, que consistía en la proyección de las sombras de una pantalla llena de agujas. Cada escena ilustrada involucra miles de agujas presionadas sobre una pantalla en diferente profundidad. Un trabajo increíblemente detallista y tedioso. Parecido quizás a los oficios kafkianos. Alexeieff adaptó también La nariz, de Gogol, usando la misma técnica.



¡Qué tétrica y honda la voz de Orson Welles! La animación es solo un conjunto de diapositivas, y la ausencia de movimiento incrementa la sensación de impotencia. El contraste de los claroscuros es tan poderoso! Gran animación, y gran comienzo para el film de Welles, uno de sus mejores trabajos. Excelente adaptación (excepto por el final, en mi opinión, que es inexplicable. ¿Qué pensaba Welles al cambiar el final original de Kafka?). El film está disponible en Youtube.

2. Un médico rural, por Koji Yamamura (Anime). 2007

Qué extraña y surreal es esta historia de Kafka! Recomiendo leerla antes de ver el corto, porque la animación está basada palabra por palabra en el cuento. El formato de anime funciona perfectamente para crear el ambiente onírico de la historia original. La constante fluctuación de las formas físicas, la simulación animada del enfoque, la inquietud del encuadre y la música lenta y punzante enfatizan perfectamente la atmósfera del cuento. Aunque hay tratamiento digital en el enfoque y el movimiento de cámara, parecería que la ilustración es hecha a mano, lo cual involucra, una vez más, el trabajo tedioso del cuadro a cuadro.





3. Franz Kafka, por Piotr Dumala ("animación destructiva". Film basado en Diarios). 1992

Piotr Dumala es un director y animador polaco, iniciado en la escultura. Su método, animación destructiva, consiste en colocar paneles de yeso pintados de negro bajo la cámara. Cada fase del movimiento se forma a partir de rasgados de la superficie con agujas. Dumala no solo utiliza el contraste entre el rasgado y la pintura, sino que también utiliza iluminación exterior para dar más profundidad a sus dibujos. Después de cada dibujo, detallado con sumo cuidado, el panel es pintado otra vez de negro.  El resultado es una animación de contrastes poderosos, secuenciada por una serie de palimpsestos. Intrínseca en el proceso está la reflexión sobre el instante destruido, el paso del tiempo y el esfuerzo inútil, lo cual resulta preciso para recontar a Kafka.
Personalmente me parece que Dumala es quizás quien mejor ha capturado a la figura de Kafka, su rostro y su mirada, tan inseparable de su literatura; y solo hace falta mirar los primeros 20 segundos de la película para saberlo. Pero además de su técnica y su sensibilidad estética, Dumala es también un gran director. El valor del filme no recae únicamente en su construcción delicada, sino también en su narración, en sus consideraciones cinematográficas. 




Gran, gran adaptación. Muy recomendable. Quizás aún más recomendable sería su adaptación de Crimen y castigo. Encontré un interesante ensayo y otro link a su video en Animation World Magazine.

abril 28, 2013

LECTURAS: El pianista - Manuel Vazquez Montalbán

Descarga aquí El pianista (formato epub, mobi y pdf)


"Después del perro doméstico, los padres son los animales más tontos de la creación."

Vázquez Montalbán avanza en retroceso para contar el conflicto del espíritu español durante su duro siglo XX. El fin de la República, el inicio de la guerra civil, la vida durante la dictadura franquista... Todo retratado alrededor de la figura de Alberto Casell, un pianista con alma nostálgica, perdedor del emprendimiento artístico, en pleno cuestionamiento de lo que implica ser un artista, y más que nada, un artista español.

Pero la figura de Casell es solo una justificación para una narración que abarca varios personajes y cuya focalización salta constantemente no solo a través de ellos, sino a través del tiempo. En los ojos de los otros queda, si alguno, el juicio final sobre las acciones que determinaron la dureza de la dictadura en España. Ante todo, El pianista es, quizás más que nada, una reflexión sobre el papel del arte frente a la responsabilidad social. Lo que sí es cierto es que tanto la prosa como la trama giran alrededor de la música, de un piano prestado, algo desafinado, que resuena desde la ventana de un departamento destartalado en Barcelona.



marzo 18, 2013

LECTURAS: Adán Buenosayres, de Leopoldo Marechal


(Descarga Adán Buenosayres aquí. No pude resolver pequeños problemas de formato en algunas páginas, pero en general la edición está bien.)


Esta novela seminal de la literatura argentina tiene una prosa barroquísima y delicada, sensible en su mayoría. Adán Buenosayres es casi la épica fundacional de la Argentina del siglo XX, o al menos una sátira de lo que esa épica debería ser. Sus personajes son calcos de los de carne y hueso que formaron la colectividad cultural de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX. Parte de la intriga de la lectura es comprender qué hombre está detrás de los pseudónimos de los personajes que debaten en la novela. Pero ante todo, la gruesa novela es un recorrido lírico por los últimos 3 días de la vida de Adán Buenosayres, un viaje a través de la mente de Adán y su realidad.
grotesca en momentos.

Fantástica, absurda y mágica, Adán Buenosayres es para muchos uno de los puntos más elevados del realismo mágico latinoamericano, especialmente porque, a diferencia de otras obras de la época, su elemento mágico provenía de sus personajes y sus interacciones con la ciudad. Y más allá de Adán, el personaje a quien el narrador sigue desde un inicio, el protagonista es Buenos Aires.

enero 28, 2013

El genoma humano: Shakespeare, Borges y el ADN



Todos los sonetos de Shakespeare en un segmento de ADN. Así me entero de que es posible almacenar información dentro de un genoma sintético. ¿Quién entiende de ciencia? 

Este artículo, publicado por NPR, habla sobre dos científicos británicos de bioinformática que discutían, en medio de una cerveza, sobre posibles nuevos métodos de almacenamiento de información --Supuestamente garabatearon soluciones en una servilleta, porque los científicos son 82.7% más sensibles a caer en clichés que el resto de los humanos--. La solución estaba en sus narices, literalmente en las células de sus narices: ADN. 


El ADN es el disco duro de la naturaleza, un registro permanente de información genética, escrito en un lenguaje químico. Existen solo cuatro letras en el alfabeto del ADN ― los cuatro nucleótides comúnmente abreviados como A, C, G, y T.
Estas letras se mezclan en diferentes combinaciones para deletrear diferentes instrucciones para nuestras células. Alrededor de 3 billones de esas letras forman el genoma humano ―el manual de instrucciones de nuestra existencia. Y toda esa información se encuentra almacenada en cada célula de nuestro cuerpo. El ADN es millones de veces más compacto que el disco duro de nuestros computadores.

Así es. El genoma de cada uno de nosotros está determinado por la combinación de estos 4 elementos, almacenados en un pedazo de ADN, que puede almacenar una cantidad enorme de esas combinaciones. Para probarlo, los científicos crearon un ADN sintético que contiene los 154 sonetos de Shakespeare. La conclusión es que el ADN es una de las maneras más efectivas para almacenar información. Lo cual es importante. Se supone que existen cerca de 1.5 billones de gigabites de información digital en el mundo. Algo más o menos equivalente a 256 mb por cabeza humana. Varios se inclinan a creer que el disco duro que va a sostener esa información en el futuro será el ADN. Es más compacto que un disco duro, y mucho más resistente. Se supone que el doctor de Jurassic Park recreó a los dinosaurios usando el ADN de una gota de sangre. Capaz en el futuro alguien recree mi historial de Internet usando la misma tecnología.

"Oooh, miren, éste solía escribir en blogs!"


Ahí acaba la noticia. Pero lo curioso, para mí, es la elección. ¿Porqué Shakespeare? ¿Porqué no, digamos, un artículo académico, o las recetas de la abuela? Pensando en eso me acordé de Stardust Memories, la película de Woody Allen donde su personaje, un cineasta en plena crisis existencial, se ahoga en angustia, terminando su desvarío diciendo

Did anyone read on the front page of the Times that matter is decaying? Am I the only one who saw that? The universe is gradually breaking down. There's not going to be anything left. I'm not talking about my stupid little films here. Eventually there's not going to be any Beethoven or Shakespeare!

Harold Bloom dijo que Shakespeare inventó al hombre moderno. Fuera de sus casi válidos argumentos, Shakespeare ha llegado a ser el valor cultural más importante de nuestra época. Y no estoy hablando de sus personajes, de sus temas, de su valor literario. Universalmente, la supervivencia de Shakespeare es actualmente la metáfora por la cual medimos la existencia del espíritu humano. El tan esperado fin del mundo, con la extinción de los siete billones de humanos (quizás al final todos nos tomemos, por fin, de las manos), será menos trágico que las tragedias perdidas de Shakespeare, evaporadas para siempre de todo registro posible. Medio siglo y contando, tratando de preservar todo aspecto de sus obras, para que desaparezca inmediatamente. Detrás de la simple noticia, el uso de ADN como modo de registro de información, se esconde nuestra necesidad de salvaguardar nuestra escritura.

¿No es fascinante? No el hecho de que podamos usar nuestro ADN como discos duros (adiós para siempre a las memorias flash), sino la noción de que podamos entender al ADN como lenguaje. En esta espiral microscópica se oculta el texto de nuestra evolución, mucho más allá de los límites de nuestra historia, de nuestra escritura inventada. Nuestro genoma es un texto, leído y decodificado por estos borrachos (En este artículo, un analista compara el proceso de lectura de ADN con la de Shakespeare). La gente que está metida en esto pasa leyendo la secuencia de esas cuatro letras, el orden establecido de esos textos, tratando de entender las semejanzas y las diferencias entre diferentes pedazos de ADN, diferentes muestras humanas de ADN, para ver si existe algo detrás de ese orden, tratando de entender nuestro proceso evolutivo. Y de repente, así crucialmente y sin mucho escándalo, estos manes no se dan cuenta de que están recreando a La Biblioteca de Babel, de Borges. Porque, al fin y al cabo, ¿qué hacemos cuando estudiamos al ADN sino tratar de entender el misterio de nuestro universo? 


Para los dichosos que aún no descubren al maestro, En su cuento Borges concibió al universo (que otros llaman la Biblioteca), como una serie de galerías hexagonales, separadas por una escalera espiralada, cubierta de libros. Así describe Jota Jota este universo: "A cada uno de los muros de cada hexágono corresponden cinco anaqueles; cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página, de cuarenta renglones; cada renglón de unas ochenta letras de color negro." Esas letras corresponden invariablemente a 25 símbolos ortográficos. Suponiendo que ningún libro es igual a otro, los bibliotecarios pasan sus días buscando el libro que, en la combinación aleatoria de sus letras, explique "el origen de la biblioteca y el tiempo", es decir, The Ultimate Question about life, the universe and everything.

Paul Navneveer
A breves rasgos, la Biblioteca de Babel es un cuento sobre el orden en el caos. La espiral del ADN es quizás similar a las escaleras de ese universo. Las cuatro letras del código genético, Adenina (A), guanina (G), citosina (C) y timina (T), se combinan en el límite del genoma humano, más o menos 3 billones de letras, almacenadas en el número específico de células que conforma el organismo. Borges concibió a los habitantes de este universo buscando el significado que explique el universo en la combinación de esas letras. ¿No hacen lo mismo nuestros científicos? ¿No es la espiral del ADN la espiral borgeana? ¿No existe un número determinado de posibles combinaciones de ese código que conforma la totalidad de todo el universo biológico del planeta? Y la pregunta más significativa para cualquier lector de Borges, ¿No somos, si creemos en la teoría evolutiva, el producto de la combinación azarosa de estos códigos en un texto que súbitamente tiene sentido? 

Para colmo, quizás valga recordar que el último cuento de Borges se llama "La memoria de Shakespeare". Hermann Sorgel adquiere --a través de un intercambio casi ridículo (discúlpeme, don Borges)-- la memoria del dramaturgo inglés, y poco a poco los recuerdos del siglo XVI empiezan a mezclarse con su vida. Quizás en el cuento se esconden algunos de los temas de este artículo, que son los temas que nos han obsesionado: la preservación de la memoria, la combinación del proceso evolutivo, pero principalmente, el misterio que los une, el secreto que esperamos encontrar cuando tratamos de leer, de leernos.