septiembre 13, 2011

Hablando de Tania Hermida...



Después de la última década, iniciando esta nueva, tomando en cuenta el éxito de Sebastián Cordero, las producciones crecientes nacionales, los debates sobre las nuevas instituciones cinematográficas, la crecida de las escuelas superiores de cine, es hora de que se arme un debate salvaje sobre el cine nacional. Es urgente. Hay que hablar urgentemente del cine nacional. No es solo la producción la que ha crecido, sino también esta especie de ilusión general de que ahora cuando se dice Cine Ecuatoriano ya hay algo de lo que hablar. La gente está yendo a las salas y la gente está hablando. Antes, hacer cine aquí era jugar a la ruleta. Ahora ya hay un mercado, un mercado joven que goza viendo retratada en las pantallas las calles donde caminan todos los días.

Hay que ser sinceros: Nos comemos la camiseta de orgullo cuando escuchamos que una película nuestra triunfa afuera. Toditos inflamos el pecho. Así medimos generalmente nuestros productos culturales (y eso es natural, porque no hemos creado crítica y porque no tenemos ninguna otra regla con que medir), pero con el cine esto es especialmente cierto. Se nos infla el pecho por nuestra constante crisis de identidad (el síntoma más común de la enfermedad ecuatoriana), pero también por el medio en que nos mostramos al mundo. Porque el cine es un arte pero también es empresa. Sacarlo afuera es mostrar un producto cultural exitoso, pero es también una realización económica, una inclusión capitalista. "Nosotros también tenemos cine", le decimos al mundo, con la lengua afuera y las manos en la cabeza. Nuestro cine es una ilusión política y económica, el deseo utópico de ser estrellas en el mercado transnacional, la noción de que podemos meter miles de dólares y agrupar a un conglomerado empresarial (porque una producción cinematográfica es una empresa) para contar una historia que es nuestra. Y el mercado ecuatoriano está poco a poco demandando este doble parámetro: una identidad aparente, fácilmente reconocible en una calle o un paisaje o en un acento, y un lenguaje entretenido, rápido, forjado en el exterior y ofrecido al exterior.

Por eso quizás no sorprende que una película relativamente desorganizada y con un guión mediocre como Qué tan lejos sea considerada por los ecuatorianos como una de las mejores películas que se han hecho en el país. Es una postal: una postal para nosotros y una postal para los otros. Una postal inter-regional, una producción que está más preocupada en la cinematografía del paisaje andino y costeño (tiene tomas increíbles) que en el desarrollo de los personajes, chatos e inacabados. Pero al fin, ¿en qué aporta el paisaje a la película? La fascinación de nosotros los ecuatorianos por nuestros paisajes dice algo sobre nuestra identidad,y parecía una buena idea cruzar la visión de una extranjera (especialmente una española) y una ecuatoriana desganada de clase media-indefinida a interpretar esas obsesiones, pero a la final la película no dice nada. Nada sobre el paro, nada sobre Jesús, nada sobre el matrimonio y las esperanzas fallidas. Apenas toca estos motivos, que son tan ecuatorianos. Es como si Tania Hermida no se hubiera decidido por el conflicto femenino, o el regionalismo, o las clases sociales, o la visión del extranjero y trató de meter todo en un mismo plato que no sabe ni a ceviche ni a mote. Pero la película cumple nuestras espectativas: es una película con una cinematografía bellísima, un buen retrato de nuestros paisajes, mostrados a través de uno de los géneros más gringos que hay, el road movie, y por lo tanto observable en el exterior.







Lo importante es dejar de juzgar a las películas por su producción: hace algunos años que debíamos haber perdonado las fallas de una película solo por estar bien producida. Eso era un milagro hace 10, 20 años. No se le puede reprochar nada (casi nada?) a Hermida por la producción de Qué tan lejos, pero eso ya no importa. Parece ataque y de cierta manera lo es, pero es más que nada una reflexión que debe ser dicha con la esperanza de que empecemos todos a crear un lenguaje cinematográfico válido, profundo, que nos muestre un espejo y no una postal. Si bien la película no alcanza, Hermida sí podría ser una buena directora. En todo caso, a pesar del ataque Qué tan lejos es un filme necesario, importante, porque toca en motivos importantes y porque a partir de la ausencia de esa profundidad se puede empezar a mejorar. Siempre y cuando empecemos a hablar, a hablar de cine ecuatoriano.

Ahora Tania Hermida sale con En el nombre de la hija, que por el corto y por el manejo de la trama parece ser un gran paso adelante en el cine ecuatoriano. Situar a una niña en la mitad de los 70s, en la mitad del socialismo y el catolicismo, en el centro de una hacienda en el centro del país, es una premicia que promete, que dará largo de qué hablar.

6 comentarios:

  1. Mi estimado primo coincido contigo en la necesidad de ponerle una crítica constructiva al cine, sabiendo que esta forma parte fundamental del sello de calidad particular que de alguna forma lo hemos venido cosntruyendo en el cine ecuatoriano en los últimos años.

    No soy cítico de cine ni mucho menos, pero en base a lo anterior creo que una buena crítica al final servirá para debatirla y para mejorar (además que tu blog está vació!!! jeje)....

    Personalmente no me gustó la nueva película Tania Hermida, no por los actores (todos los enanos hicieron un excelente papel) o el escenario, sino por la ausencia de una línea conductora de la película que te deje una idea clara sobre lo que trataba el film. Se vuelven a repetir las ideas desordenadas; la religión como costumbre, la lucha de ideas entre capitalismo y comunismo, el hacendado y la criada, etc. hasta ahí parecería como que te va pintando el escenario de que tiene un trasfondo de discusión de los grandes temas que marcaron una buena parte de nuestra vida como país en esa época y hasta la fecha(la iglesia, clases sociales, lo político).. pero ha medida que se va desarrollando la película con estos temas, aparece un tió descabellado que vive oculto en una biblioteca de la misma hacienda, que no tiene mucha trascendencia en lo que se viene desarrollando (o no logro encontrar aún el vínculo) y finalmente termina siendo el centro de atención...

    Espero que cuando la veas, si logras entender mejor este vínculo, puedas darme tu opinión... (busca en internet, seguramente ya encuentras la "copia pirata filmada en el cine"!! jaja)

    un abrazo

    Daniel

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  2. Jajaja de ley que ya mismo asoma en el internet! Gracias Daniel, si no la encuentro para entonces tocará ver cuando vaya en diciembre y ahí conversamos! Pero sí, capaz parece que la Tania Hermida se queda un poco flotando en sus guiones... Igual todavía ando con hartas ganas de verla! Un abrazo primo!

    Y gracias por el aporte a mi blogsito, tan lluchitico!

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  3. jajaja...bogs de miercoles... no, bacan la crítica, es necesario decirla, me parece que la intención de Tania es justamente ese limbo de no saber qué mismo pasa... y manejar esas pequeñas metáforas como Jesus desaparecido o el loco comelibros en medio de la religión y la política. Como que no se define, y opta por el limbo, tipo La Cienaga, esa película argentina que no es ni chicha ni limonada. Son pelis locales, dadas desde nu punto de vista. Pero es acan que efectivamente ya exista cine ecuatoriano...yy under!!! ...sicarios manabitas, y esa movida de macheteros filmando sus mitos y su realidad!! esta del putisimas... vi una peli de la tunda y del gualgura y mitos costeños muy interesantes!! pero en fin, ojalá, como vos cuentas en el artículo, con tantas personas cineastas ecuatorianas se empiece a hacer algo ya mas pensado, imaginado, y no necesariamente vivido, que es el trip ecuatoriano.
    Sigue escribiendo broder...

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  4. A la última película de la Tania se le siente totalmente falsa, desde el arte pasando por los diferentes puntos en el guión, hasta la actuación (los chamos son simpáticos, pero de ahí no pasa), y el montaje no les ayuda mucho,se nota los tiempos para que cada uno responda.
    Me da la impresión, por ahí errónea, de que se esfuerza en mostrar la identidad del ecuatoriano, de construirla en su cine, pero solo toma clichés que no pasan de ser eso,se quedan en el mismo chiste de siempre.

    De ahí creo que la Tánia no tiene nada que ver con Lucrecia Martel, la construcción y la significación de esta en su cine es mucho más profunda, y no me parece desordenada, para nada por ahí es más compleja de lo que estamos acostumbrados a ver. Todo esta ahí, tácitamente, a borde de la explosión.
    En cambio en las películas de la Tania la imagen es bonita, pero no tiene vida propia, y son tan evidentes los procedimientos que llevan al humor que da iras más que chiste.

    En todo caso ojala cuando haga mi peli, tenga el chance de que me acaben también.
    Bacan tu crítica.

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  5. La verdad es que le tengo esperanza a esta nueva peli de la Hermida. Supongo que no sabré hasta verla... Cacho lo que dices, Dieguín, sobre cómo la peli no se define, en el caso de Qué tan lejos esa indefinición sí sabe a incompleto. No pasa eso con Martel, definitivamente. Pero quizás también sea que no he visto la peli en esa luz. Ahora que también comparar a Hermida con Martel es dificilísimo precisamente por la falta de una historia cinematográfica. Hay una tensión especial en La Ciénaga, que a pesar de que no hay mucho movimiento se la siente. Se siente eso en la nueva de Hermida? En qué tan lejos me parece que no.
    La cosa es que a nosotros nos toca saltar al ruedo de una y competir con una tradición enorme, la del cine argentino, la del chileno, que ha crecido tanto, la del brasileño con su historia, y ni hablar del mexicano. Pase lo que pase nos toca medirnos con esas reglas, y eso es muy difícil.

    Danielilla: Sí cacho el peligro de que los chamos sean simpáticos... Puede resultar en una cosa parecida a vender postales. Sí es reprochable, especialmente si, como dices, no pasa de ahí. (Veamos qué tal me sale tratar de ser positivo) Pero también lo que sí es cierto es que sí da un poquito de esperanza ver taaantos chamos en la peli, como si de poquito se estuviera construyendo un cuerpo de actores de cine, que es otra de las cosas que tenemos que hacer. Y con esas palabras, "vaya ahí." Avisarás las novedades de la tuya.

    Dieguín: Qué bien ese cine under! Algo he escuchado pero aún no tengo idea de la estética ni nada... Ni se me ocurrió pensar en eso cuando escribí esto, pero si es que hay que hablar de cine deberíamos enfocarnos ful en estas producciones. Es hora de estudiar esa cultura popular, qué bien que se esté haciendo cine del pueblo costeño! Está de ver y hablar al respectof... Yaf, te tocó abrir un nuevo blog. Jaja

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  6. Sí broder, los b sides de una país b side... increible..espejo entre espejos...el bollywood ekinoccioal...etc...
    Bueno, les comento que yo odié la peli de Lucrecia Martel..jaja, en verdad todo el tiempo se vive en un climax, como vivir y extender los segundos en los que se está cayendo el vaso antes de estrellarse contra el suelo!!! pero eso me resultó desesperante, estoy consciente de que esa era la intención de la peli, y lo logra, mi apreciación es totalmente personal, como la de algún pintor que le parezca aburrida la Mona lisa y esas cosas, es decir, no retiro el mérito de Ciénega, y las otras pelis que acompañan esta especie de trilogía, pero odié esa pelí!!! de pronto me identifiké con alguien y por eso el rechazo!!!y claro, luego de ver la peli dan unas ganas terribles de tomar un vaso (o 6)de vino rosado!!! Qué manejo de la luz en La ciénga por dios!!!
    De ahi, el problema de Tania es que tiene un gran corazón, y trata de poner feeling en sus pelis, pero terminan siendo inocentes, dulzonas, un tanto empalagosas, y claro, totalmente locales..falta maldad en su cine, un poco del ojo arrugado del ke ha sufrido(como todos, no digo que Tania viva dentro de un arcoiris)...pero de pronto ha tenido una viva en una burbuja) pero se enfoca sólo en eso, y por lo mismo construyó una pared frente a su propio arte...no sé...

    Lo del cine B de aki, increíble, osea si nos acercamos como críticos de cine estamos cagados: malos actores, mala producción, escazos diálogos, etc. Pero si nos acercamos con el ojo del sociólogo lo disfrutaremos a cada instante. El hecho de que gente re chira esté haciendo cine resulta conmovedor (no es la palabra) y motivante, y claro, con el ojo de un sociologo con noción de cine se disfruta de este cine más aún, porque son destacables los parajes, la fotografía (cómo no atinar en fotografía en un país taaaan filmable, cómo tú mismo dices en el artículo) el maquillaje y claro, el fondo del guión, los mitos o la realidad social (en manabí pasan haciendo pelis de sicarios) y se desmitifica el cliché de ke el cine es un arte caro, para gente de billete (los clichés siempre tienen algo de verdad)...la creatividad es todo!!! y bueno, la corto para no irme de largo!!!! pero con una idea y un pana con cámara, y otro con una mac podemos hacer maravillas!!!

    Diego

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